El sobrepeso y otras dolencias que tienen que ver con la alimentación parecen contaminar nuestra sociedad occidental. La pregunta es, ¿deberíamos replantearnos nuestro modo de vida y nuestra dieta? Los alimentos son el carburante del buen funcionamiento del cuerpo, lo que nos cuida los engranajes y proporciona energía a través de los nutrientes. ¿A que no le ponemos cualquier gasolina a nuestro coche? Pues con el cuerpo humano pasa lo mismo.
El experto en nutrición y miembro de la Real Academia de Medicina, Manuel Serrano Ríos explica los peligrosos hábitos de vida de las sociedades desarrolladas. Estamos invadidos de “comida basura”, de bebidas gaseosas, de dulces, de anuncios que nos incitan a consumir comida rápida… Hemos ido fomentado un modo de vida sedentario y hemos dejado a un lado la dieta mediterránea y las costumbres tradicionales.
Serrano Ríos hace hincapié en que el comer bien se transmite primero a través de la educación que recibimos, incluso durante el embarazo por lo que ingiere nuestra madre. La nutricionista y farmacéutica Elisa Escorihuela está de acuerdo con él : “de los hábitos que transmitamos a nuestros hijos en el presente, va a depender su salud en el futuro”, los padres y el colegio, son los que nos inculcan las bases. Por esta razón los especialistas se lamentan de que en España los colegios aún tengan esta asignatura pendiente. Desde La Cuina sabéis que hemos puesto nuestro granito de arena con el inicio de un recorrido por los colegios para hablar de nutrición y deporte con los pequeños.
“Somos lo que comemos” de eso no nos cabe ninguna duda, el cuidarse empieza primero desde el interior. Los dos expertos dejan entrever en sus declaraciones un cierto pesar por el pasado. Los españoles hemos dejado a un lado nuestro legado dietético, la famosa y recomendada dieta mediterránea. ¿Que nos aconsejan Serrano y Escorihuela? Privilegiar alimentos como fruta, verdura, carne y lácteos que nos ayudan a regular nuestra flora intestinal. Además de hacer ejercicio físico, comer lentamente y de forma equilibrada. Olvidemos las dietas milagro “no hay dietas milagrosas, solo hay dietas equilibradas que se pueden aprender”, insiste Serrano. Dejemos de lado el mito de la báscula que no es el mayor determinante para saber si tenemos o no buena salud.
Aunque el rtimo de vida del siglo XXI se obceca en ponernos trabas para llevar una dieta saludable por la falta de tiempo para cocinar y para comer de manera relajada, debemos esforzarnos por combatir las estresantes rutinas que no nos dejan ni tiempo para almorzar (ya hablamos de la importancia de las cinco comidas en este artículo) y por recuperar nuestra dieta mediterránea.
Es un compromiso con nosotros mismos y con los demás, cambiando nuestras costumbres alimenticias cambiaremos también nuestra forma de vida, al mismo tiempo que inspiraremos a las generaciones futuras. Si actualmente los medios hablan tanto del tema es porque hace falta concienciar a la población. Escorihuela afirma que “es nuestra misión, la de los nutricionistas y sanitarios, el recordar el magnífico legado que tenemos los mediterráneos”.
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