¿Eres de los que, ante la duda, prefiere tirar un alimento el mismo día en que se cumple la fecha que indica su envase? Si tu respuesta es sí, tranquilo porque ni mucho menos eres el único. Los españoles tiramos a la basura 3.410 toneladas de comida en buen estado cada día. Y obviamente, no lo hacemos por capricho, sino más bien por desconocimiento de lo que significan fecha de caducidad y fecha de consumo preferente y las diferencias que existen entre ellas. Y precisamente, eso es lo que vamos a hacer hoy. Aclarar estos dos conceptos, según las directrices de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición, para que nunca más tengamos excusa para desaprovechar alimentos en condiciones de ser consumidos.
Esta fecha aparece en una gran variedad de productos refrigerados, congelados, enlatados o desecados e indica el momento a partir del cual el alimento sigue siendo seguro pero con menos propiedades. Consumir este producto después de dicha fecha no va a suponer, por tanto, ningún riesgo para tu salud pero sí es posible que sus propiedades nutricionales o las cualidades organolépticas como el sabor, el color o la textura puedan verse deterioradas.
Por tanto, antes de tirar el alimento por haber superado la fecha de consumo preferente, debes de tener en cuenta aspectos fundamentales como el olor, la textura o el sabor. Si éstos se mantienen inalterados, has respetado las instrucciones de conservación y el envase está intacto, puedes consumirlo con total tranquilidad.
En este caso tenemos que ser estrictos. Si ha superado la fecha de caducidad no debes consumir este alimento. Esta fecha aparece en productos muy perecederos como el pescado fresco, la carne picada o el pollo y si los consumes caducados estás poniendo en peligro tu salud y arriesgándote a sufrir una intoxicación alimentaria, leve o más grave, e incluso enfermedades como el botulismo o la salmonelosis, patologías en en muy contados casos pueden llegar a matar.
Para evitar estos riesgos sanitarios, en la fecha de caducidad productores o distribuidores tienen que ser especialmente escrupulosos. Por ello, están obligados a indicar mes, año y día (en la fecha de consumo preferente basta con mes y año).
Pero, para evitar posibles intoxicaciones, no basta con respetar todo lo anterior. Muchas veces somos los propios consumidores los que causamos la degradación prematura de los alimentos y, a pesar de consumirlos dentro de las fechas indicadas, podemos poner en riesgo nuestra salud. Esto sucede cuando no respetamos las instrucciones de conservación que figuran en el envase o las condiciones higiénicas fundamentales o, por ejemplo, rompemos la cadena del frío. Por ello, si en el envase se indica que “una vez abierto se consuma en tres días”, que “esté en lugar seco y fresco” o que se “conserve en el refrigerador entre 2 y 4 grados” tenemos que cumplir estrictamente estos criterios.
También puedes encontrar algunos productos en los que no aparece ninguna de las dos fechas, pero puedes consumirlos tranquilo porque existen alimentos exentos de señalar la caducidad o el consumo preferente. Frutas, hortalizas (siempre que no estén cortadas), vinagres, sales, azúcares, vinos o productos de panadería o repostería, que se consumen en un plazo inferior a 24 horas, son algunos de estos productos.
Por último, un consejo: si eres de los que les gusta aprovechar las ofertas “3×1” no dejes de hacerlo, pero, si no vas a consumirlo inmediatamente, es mucho mejor que lo congeles. Si lo haces correctamente y siguiendo las instrucciones que figuren en el envase, alargarás su conservación y podrás consumirlo en perfectas condiciones en el momento en que necesites hacerlo.
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