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Una Navidad con menús deliciosos pero ligeros y saludables sí es posible

Poco más de dos semanas nos separan de comidas familiares, reuniones con amigos y celebraciones navideñas varias. Y aunque este año seguro será diferente y prometen ser unas fiestas mucho más comedidas, todavía estamos a tiempo de diseñar unos menús exquisitos pero no por ello excesivos o poco saludables. Y es que, se puede disfrutar de las recetas más irresistibles sin poner en riesgo nuestra salud o llevarnos unos kilitos de más de regalo. Con un poco de cabeza, controlando las cantidades y eligiendo preparaciones sanas y ligeras, pasar una Navidad deliciosa pero también saludable no es un sueño inalcanzable.

Para ayudarte a conseguirlo, a continuación recogemos unos consejos que pueden obrar el milagro y te llevarán al tan ansiado 2021 sin lamentar los tradicionales excesos navideños.

Cómo superar la Navidad sin tener que lamentarnos

  • Atención a los picoteos y aperitivos. Si ofrecemos demasiados o son muy pesados, no solo sumaremos calorías vacías, sino que nos quitarán el hambre y no disfrutaremos igual del plato principal.
  • Descubre la exquisitez de los productos vegetales y acompaña carnes y pescados con verduras y hortalizas de temporada.
  • Evita salsas y frituras. Las salsas muy grasas y especialmente las precocinadas, no solo esconden el sabor de una buena materia prima o producto, sino que son una fuente inagotable de calorías y grasas saturadas. Así mismo, deberás desterrar las frituras pues solo aportan aceites e hidratos de carbono innecesarios.
  • Apuesta por la calidad. Si tienes que darte un capricho, especialmente en los postres, mucho mejor una cuidada selección de dulces de primera categoría que bandejas y bandejas de productos industriales de dudosa calidad.
  • Controla las raciones. Un menú cuidado y delicioso merece que puedas disfrutar del primero al último de los platos, no que te atiborres de comida y acabes empachado.
  • Cuidado con el alcohol. No se trata de no beber ni gota, pero sería recomendable que acompañaras vinos y espumosos con un buen vaso de agua.
  • Diseña postres frescos y ligeros a base de frutas. No olvides que al final de tu menú te esperan los tradicionales dulces navideños.

Si siguieras estos consejos generales, ya habrías dado un paso de gigante para alcanzar la tan anhelada saludable Navidad pero, por si necesitas un empujoncito más, vamos a profundizar en cada paso de tu menú y en los pequeños trucos que te ayudarán a cuidar de los tuyos, sin que dejen de disfrutar un ápice de las rectas más suculentas y sabrosas.

Aperitivos

Deben ser apetitosos pero no excesivamente calóricos o saciantes. Destierra patatas fritas, frutos secos, tartaletas u hojaldres, que solo aportan un exceso de hidratos de carbono. En su lugar, apuesta por brochetas o pinchos o sirve tus aperitivos en cucharitas o vasitos individuales. El embutido también se podría admitir, pero siempre en pequeñas raciones y de mucha calidad.

Un aperitivo perfecto podría ser un tartar de atún o salmón. Solo tienes que cortar el pescado en daditos pequeños, macerarlo en salsa de soja y mezclarlo bien con cebollita picada, aguacate (también cortado en cuadraditos) y sésamo. Una cucharita puede ser su perfecto soporte.

Primeros platos

Verduras de primera calidad como los espárragos, ensaladas, caldos y cremas suaves te ayudarán a conseguir un menú ligero. Eso sí, mucho cuidado con las salsas y los aliños excesivos o muy grasos. Y si quieres dar ese toque de lujo a tus celebraciones navideñas, el marisco puede ser la mejor alternativa, pues es rico en proteínas pero muy bajo en grasas y no contiene hidratos de carbono.

Plato principal

Si apuestas por un menú realmente ligero el pescado es, sin duda tu mejor opción. Si puedes gastarte un poquito más elige un ejemplar de primera calidad y no lo disfraces con salsas ni grandes acompañamientos. Si optas por el pescado blanco, más ligero y delicado, la lubina a la sal es una apuesta segura, pero aunque es más graso, el salmón en papillote, resulta exquisito y no olvides que las grasas que aporta son cardiosaludables.

Si te decantas por la carne, también puedes elaborar recetas saludables y ligeras. Como norma general evita (especialmente en las cenas) la carne de cordero, pato, las aves con piel o los cortes de costillas, chuletas o entrecot. Opta por carnes magras, como el solomillo de cerdo. Es más económico pero no por ello menos sabroso y admite innumerables recetas deliciosas y ligeras, como el solomillo de cerdo en salsa de soja o en salsa de uvas.

El pollo, el pavo o el capón asados también son apuestas seguras y muy saludables.

Postres

Encontramos pocos postres típicos de Navidad y es lógico pues, si tenemos en cuenta que no hay mesa navideña que se precie que no cuente con un amplísimo surtido de turrones, mazapanes o pastas, cualquier otra receta dulce sería totalmente innecesaria. Pero, si tus comensales son especialmente golosos, puedes optar por una macedonia de frutas, musses realizadas con claras de huevo o yogur en lugar de nata o cremas ligeras de frutas. En cuanto a los chocolates, intenta siempre elegir el que tenga el mayor porcentaje de cacao posible y el menor de azúcares.

Como ves, un menú exquisito, ligero y saludable es posible. Solo tienes que apostar por materias primas de primera calidad, huir de grasas excesivas o raciones desproporcionadas e intentar respetar al máximo los productos. Recuerda que también en tus recetas navideñas se puede aplicar con éxito la máxima “menos es más”.

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