Tras los excesos navideños, no hay organismo que no necesite una cura a base de menús sanos, nutritivos y depurativos. Azúcares, alcohol y grasas saturadas deberán ser sustituidos por alimentos fáciles de digerir, ricos en fibra y cargados de vitaminas y minerales. Para ayudarte a recuperar el bienestar y los buenos hábitos alimenticios, a continuación, te proponemos los 8 productos que no deberían faltar en tu cesta de la compra, si quieres volver a sentirte ligero, eliminar líquidos y toxinas y reducir la hinchazón.
- Verduras. Ricas en
vitaminas, minerales y fibra, son un excelente diurético y ayudan a normalizar
en tránsito intestinal. Especialmente las verdes (apio, borraja, cardo,
guisantes, col o brécol) descongestionan estómago, intestinos, vesícula biliar
e hígado. Este último, junto con el páncreas, son dos de los órganos que más
padecen los atracones navideños, que se traducen en una ingesta poco saludable
de alcohol, azúcares y demasiadas proteínas. Por tanto, es fundamental incluir
verduras en los menús de cada día. Puedes prepararlas en ensaladas, hervidas,
rehogadas, en sopa o en puré. Nosotros te recomendamos especialmente el consumo
tanto de alcachofas como de espárragos por su alto poder depurativo. En
concreto, las alcachofas aumentan la secreción biliar y reducen el colesterol.
Por su parte, los espárragos son fuente de fibras como la inulina y la
oligofructosa, muy beneficiosas para la flora intestinal.
- Legumbres. Tampoco deben
faltar en tu menú semanal. Son fuente de proteínas de origen no animal, no
aportan grasas y son ricas en fibra y minerales, que ayudan a regular la
glucemia, reducir los niveles de colesterol y combatir el estreñimiento. Se
recomienda consumirlas al menos 3 veces a la semana y puedes prepararlas en
ensalada, sopas, cremas, patés como el humus, como guarnición o como plato único,
acompañadas de arroz.
- Frutas. Fuente inagotable
de vitaminas y fibra, son tu mejor aliado para depurar los estragos causados
por las comidas de Navidad. La OMS recomienda cinco raciones diarias y lo ideal
es que varíes de fruta y que optes por las que están en temporada. Es
fundamental incluir entre ellas un cítrico al día, como fresas, naranjas, kiwis
o mandarinas. También son muy beneficiosas la piña o la papaya, ya que poseen
ciertas enzimas que ayudan a la digestión y mejoran la sensación de hinchazón o
malestar después de comer. La mejor opción
es comerlas al natural, pero puedes alternarlas con zumos variados o cocinadas.
Es el caso de las manzanas asadas o en compota. Pueden ser la mejor opción para
los pequeños de la casa o los que no se consideran precisamente adictos a la
fruta. Aportan fibra, son fáciles de digerir y masticar y se aconsejan tanto para
combatir el estreñimiento como la diarrea.
- Pescado azul. Su alto contenido
en ácidos grasos omega 3 los hace idóneos para compensar el consumo desmedido
de productos cargados de grasas saturadas. Deberíamos consumirlos entre dos o
tres veces por semana, para beneficiarnos de su capacidad de proteger el
sistema cardiovascular. Son el mejor sustituto de la carne y si quieres
aprovechar al máximo todas sus bondades, deberías optar por cocinarlos al
horno, a la parrilla, en papillote, a la plancha o al vapor.
- Cereales integrales. Consúmelos a
diario para conseguir normalizar tu organismo y equilibrar el exceso de grasa,
azúcares y alcohol. Avena, pasta, pan, arroz integral…Todos ellos son muy
beneficiosos por su alto contenido en fibra, así que puedes elegir el que más
te guste en su justa medida. Nosotros nos vamos a centrar en dos que destacan
especialmente por sus propiedades y su versatilidad: la
avena y el arroz integral. La primera contiene betaglucanos, un tipo
de fibra soluble y avenasterol, un fitosterol, dos componentes que tienen la
capacidad de disminuir la absorción del colesterol en el intestino. La puedes
consumir en el desayuno, con leche (hervidos o en frío) o con yogurt y frutas,
incorporarla a tus batidos o utilizarla como espesante de purés y cremas de
verduras. En cuanto al arroz integral, deberías
saber que no solo es un alimento muy completo sino que equilibra los excesos,
rebaja la hinchazón abdominal y corrige el estreñimiento. Su versatilidad
permite consumirlo como plato principal, como guarnición, como postre (hervido
con leche y canela) o como cereal para los desayunos.
- Jengibre. Fresco o en
polvo, es efectivo para combatir las malas digestiones, las náuseas y los vómitos
y eliminar los gases y mitigar los mareos. Se puede consumir en forma de
comprimidos o en infusión, después de comidas copiosas o si se siente algún
malestar digestivo. También puedes añadirlo como condimento (rallado o en
polvo) a caldos, sopas o cremas. Para preparar una infusión se añade media
cucharada rasa de jengibre en polvo por cada taza de agua y se deja hervir de 3
a 5 minutos.
- Germinados. De soja, col,
remolacha, alfalfa o brócoli, las semillas o los granos germinados estimulan la
digestión, mejorando este proceso metabólico y corrigen la hinchazón, el estreñimiento
o los gases. Puedes añadirlos a tus ensaladas, cremas, purés o tortillas o
utilizarlos como adornos comestibles a modo de vistosa y nutritiva guarnición.
- Té verde. Su alto contenido
en flavonoides (catequinas, rubigenina, flavina y taninos) lo convierten en un
potente antioxidante y depurativo. Lo ideal es consumir el té verde a granel. Añades
una cucharada en cada taza, incorporas el agua hirviendo y dejas reposar unos
dos minutos. Es el mejor y más sano sustituto del café u otras bebidas excitantes
y por su proporción idónea de teína, no tiene ninguna contraindicación médica.