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4 cremas frías sorprendentes para un verano diferente

Se ha hecho esperar, pero la primera ola de calor de este verano ya ha llegado y promete no ser la única. Las altísimas temperaturas invitan a modificar nuestros menús y las recetas frescas, ligeras y repletas de vitaminas se convierten en las grandes estrellas de nuestras mesas. Entre todas ellas, las sopas y cremas frías son las grandes protagonistas, pues no solo son refrescantes, saludables y nutritivas, sino que son muy fáciles de preparar.

Pero sus bondades van mucho más allá. Las recetas frescas de cuchara tiene un alto contenido en agua, lo que nos ayuda a combatir deshidrataciones y posibles golpes de calor. Además, en su elaboración utilizamos productos locales y de temporada, que están en su mejor momento y nos aportan vitaminas, minerales y multitud de nutrientes vitales para nuestra salud. Y por si todo esto fuera poco, son fáciles y rápidas de preparar, ligeras y saciantes.

Si de cremas frías hablamos, sin duda, la reina de todas ellas, al menos en España, es el gazpacho. Pero si queréis ampliar vuestro recetario, en este post os dejamos cuatro propuestas super originales y deliciosas, que harán de éste un verano gastronómicamente inolvidable.

1. Crema de manzana verde, aguacate y lima a la menta

Para esta deliciosa receta exprés necesitaremos dos aguacates maduros, una manzana verde, una lima, 250 g de yogur griego, menta fresca en hojas, agua, sal y pimienta negra molida.

Elaboración: cortamos los aguacates por la mitad, giramos cada parte hacia un lado y separamos las dos mitades. Retiramos el hueso y extraemos la carne con una cuchara. La colocamos en el vaso de un robot o batidora eléctrica.

Pelamos la manzana, retiramos las pepitas y el corazón y cortamos en trozos pequeños. Rallamos la mitad de la lima y exprimimos el resto de la pieza entera. Introducimos la manzana, la ralladura y el jugo de lima en el vaso y batimos junto con el aguacate. Lavamos bien las hojas de menta y las secamos en papel absorbente. Las agregamos al vaso de la batidora junto con el yogurt y el agua. Salpimentamos y trituramos a máxima velocidad, hasta que quede una crema suave y homogénea. Reservamos durante un par de horas en la nevera y servimos con unas hojas de menta por encima. Si quieres darle un toque crunch agrega unos piñones tostados.

2. Crema de melón con chips y jamón

Nuestro tradicional melón con jamón se transforma en esta exquisita crema, super refrescante y repleta de contrastes.

Para elaborarla necesitaremos un melón, una patata, 50 g de jamón ibérico en lonchas muy finas, una cebolla, un yogur natural, 125 ml de nata líquida para cocinar, 500 ml de caldo de pollo, sucedáneo de caviar para decorar.

Elaboración: picamos y pelamos bien las cebollas. Pochamos en una sartén con aceite de oliva virgen extra (AOVE) sin que se lleguen a dorar. Cuando transparenten, añadimos el caldo de pollo y el melón troceado. Dejamos cocer durante unos 20 minutos.

Trituramos en una batidora y añadimos el yogur y la nata. Mezclamos bien y reservamos en frío hasta el momento de consumir.

Por otra parte, cortamos la patata en rodajas muy finas y las freímos en aceite muy caliente, para hacer nuestras chips. Cortamos también el jamón en pequeñas lascas (podemos freirías si nos gusta el toque más crujiente).

Servimos en cuencos individuales la crema de melón fría y decoramos con nuestras patatas chips  y las lascas de jamón. Finalizamos nuestra receta colocando en el centro del cuenco una cucharadita de sucedáneo de caviar, unas gotitas de AOVE y unos cristalitos de sal maldon.

3. Ajoblanco de remolacha

En menos de 15 minutos prepararás esta alternativa al tradicional ajoblanco malagueño que no solo es sabrosísima y super nutritiva sino todo un regalo para la vista.

Para prepararla necesitaremos 200 g de almendras peladas, 200 g de remolacha cocida, un diente de ajo, 45 ml de vinagre de vino tinto, 5 g de azúcar, 450 ml de agua, 60 ml de AOVE, queso feta y menta fresca.

Elaboración: trituramos las almendras en un robot de cocina o batidora. Pelamos el diente de ajo y retiramos el germen interior, para suavizar su sabor y que no repita. Lo agregamos al vaso del robot junto con la remolacha cocida, el vinagre de vino tinto y el azúcar. Trituramos de nuevo hasta obtener una masa homogénea. Agregamos el agua (primero la mitad y trituramos). Después vamos añadiendo el resto poco a poco y triturando hasta conseguir la textura aterciopelada que deseamos (no hace falta que utilicemos toda el agua si conseguimos la textura  que buscamos antes).

Salpimentamos y agregamos el aceite de oliva virgen extra. Trituramos a máxima potencia durante cinco minutos, para que emulsione la sopa con el aceite y obtengamos una textura cremosa y homogénea. Reservamos nuestra crema en el frigorífico, al menos durante dos horas.

La servimos bien fría, con unas gotas de AOVE, unos dados de queso feta y unas hojas de menta.

4. Gazpacho de cerezas con queso y anchoas

El contraste del dulzor de las cerezas con la cremosidad del queso y el toque salado de las anchoas, hace de ésta una una receta sorprendentemente deliciosa.

Para elaborarla necesitaremos dos tomates pera, una lata de anchoas, 20 cerezas, vinagre de frambuesa (o manzana), medio pepino, un diente de ajo, medio pimiento verde italiano, 100 g de pan de hogaza duro, agua, medio vaso de AOVE, sal, 250 g de queso crema.

Elaboración: lavamos bien las cerezas y les quitamos el hueso. Las metemos en una batidora, junto con el resto de ingredientes (salvo el aceite, el vinagre, las anchoas y el queso). Trituramos hasta obtener un puré. Lo pasamos por el pasapuré o un colador fino, para retirar las pieles y las semillas. Añadimos el aceite y la sal al gusto y volvemos a poner en la batidora, dandole breves toques para que emulsión ligeramente. Añadimos un poco de vinagre al gusto. Reservamos en la nevera hasta el momento de servir.

Con dos cucharillas hacemos unas quenelles (o bolitas) con el queso crema y sobre cada una de ellas ponemos media anchoa. Colocamos una o dos en el centro de cada plato y vamos añadiendo el gazpacho de cereza con mucho cuidado para que las quenelles no se manchen. Servimos inmediatamente.

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