RECETAS ORIGINALES Y CREATIVAS PARA DISFRUTAR COMO NUNCA DEL PATÉ
31 julio, 2025

SIRVE TU PATÉ CON ESTOS ACOMPAÑAMIENTOS Y DISFRUTA DE UNA EXPERIENCIA GOURMET

El paté fresco es mucho más que un aperitivo o el ingrediente principal de un canapé, se trata de un auténtico manjar que, bien acompañado, se puede convertir en toda una experiencia gastronómica. Su sabor intenso y su textura cremosa lo hacen perfecto para combinar con una gran variedad de acompañamientos que contrastan, complementan y realzan sus cualidades. Desde panes artesanales, a confituras, encurtidos, quesos o vinos, las posibilidades de maridaje son tan amplias como deliciosas. La clave está en encontrar el equilibrio, jugar con los contrastes y dar rienda suelta a nuestra creatividad. En este post exploramos los mejores “compañeros”, que hacen de nuestro paté una auténtica exquisitez.

La base perfecta: el pan

Es, sin duda, el más clásico acompañante del paté. Sin embargo, no todos los panes son iguales y la elección adecuada puede marcar la diferencia:

  • Baguette crujiente: es el maridaje francés por excelencia. Su corteza dorada y su miga suave realzan tanto la textura como el sabor del paté.
  • Pan de centeno o integral: aporta un toque rústico y un sabor más complejo, que combina especialmente bien con patés de sabores intensos, como el del hígado de pato.
  • Pan brioche o tostadas dulces: la dulzura del brioche aporta equilibrio a los pates salados y espaciados. 
  • Crakers o galletas saladas: son perfectas para presentaciones más informales o como parte de una tabla de aperitivos.

Frutas y conservas: contraste de sabores

Uno de los secretos para elevar el paté a otro nivel es acompañarlo de ingredientes dulces o ácidos que rebajen el contenido graso y aporten frescura:

  • Mermeladas y chutneys: los de higos, cebolla caramelizada, manzana o frutos rojos son los más recomendados, ya que aportan notas dulces, ácidas y especiadas, que contrastan a la perfección con el sabor del paté.
  • Frutas frescas: manzana verde, uvas, frutos rojos, peras o higos frescos aportan jugosidad y una textura crujiente que contrasta con la densidad del paté.
  • Frutas secas: dátiles, orejones o pasas añaden ese dulzor natural y una textura que funciona especialmente bien con patés de caza o aquellos más robustos.

Verduras y encurtidos: un toque ácido y crujiente

Los encurtidos son los aliados clásicos del paté. Aportan acidez, frescura y ese toque crunchy que contrasta con la untuosidad del paté:

  • Pepinillos en vinagre: un clásico entre los clásicos que limpia el paladar entre bocado y bocado.
  • Cebollitas en vinagre: añaden un matiz dulce y ácido, que marida a la perfección con los patés suaves.
  • Aceitunas: tanto verdes como negras, aportan un sabor salado y ligeramente ácido que realza los patés más sencillos.
  • Ensalada verde o brotes frescos: para una presentación más ligera y elegante, acompañar nuestro paté con una cama de hojas frescas, ligeramente aliñadas, da un aire sofisticado y equilibra el plato. 

Queso: el inesperado pero exquisito compañero

No es un compañero tradicional pero algunos quesos suaves pueden combinar muy bien con patés en una tabla de degustación:

  • Quesos cremosos: como el brie o el camembert aportan exquisitez sin robar protagonismo al paté.
  • Quesos azules suaves: pequeñas dosis de un gorgonzola dulce, acompañado con fruta, pueden ser el mejor potenciador del aroma del paté.

Vinos: el perfecto maridaje

El juego de equilibrio entre el cuerpo del vino y la intensidad del paté puede elevar aún más nuestra experiencia gourmet:

  • Vinos blancos secos: el Sauvignon Blanc o el Chardonnay, son una excelente elección, pues su acidez equilibra la grasa del paté.
  • Vinos dulces: el Sauternes o un vino de cosecha tardía funcionan especialmente bien con el  foie gras, creando un contraste delicioso entre dulzura y salinidad.
  • Espumosos: El champán o el cava limpian el paladar y añaden un toque sofisticado, especialmente a los patés suaves.
  • Vinos tintos ligeros: el Pinot Noire, no compite con el sabor del paté, sino que lo acompaña y potencia sutilmente.
  • Cervezas artesanales. Más allá de los vinos, algunas cervezas más ácidas pueden ser un maridaje perfecto, sorprendente y super sabroso.

El arte de servir el paté

Ya tenemos los mejores compañeros de nuestro paté pero, para que nuestra experiencia sea realmente gourmet, también es crucial la presentación. Éstas son algunas ideas:

  • Tabla mixta: servimos el paté en un recipiente pequeño, rodeados de rebanadas de pan, frutas, mermeladas y encurtidos. Si lo hacemos sobre una tabla de madera o pizarra, además de deliciosa, nuestra tabla será muy visual.
  • Porciones pequeñas: al tratarse de un alimento sabroso, contundente y muy concentrado, es mejor servir porciones pequeñas, decoradas, por ejemplo, con hierbas frescas como el tomillo o el romero.
  • Temperatura adecuada: el paté debe servirse ligeramente frío, pero no helado, para que podamos disfrutar de todo su sabor y textura.

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