Aunque al verano aún le quedan unos días, pocos son los que no han vuelto ya a la rutina y muchos los que al llegar a casa se han encontrado con una sorpresa inesperada o seguramente, bastante esperada: o nuestra báscula se ha descompensado en nuestra ausencia o las vacaciones han pasado factura a nuestra línea… Si éste es tu caso, que no cunda el pánico, pues no eres ni mucho menos el único. Según las estadísticas, los españoles ganamos entre uno y cinco quilos durante la época estival. Así que, sin prisa pero sin pausa, pongámonos manos a la obra y recuperemos nuestros buenos hábitos alimenticios. Por si os sirve de ayuda, os proponemos un decálogo de consejos que os pueden facilitar esta, no siempre, amable tarea.
Como hemos dicho antes, para recuperar nuestras buenas costumbres y nuestro peso prevacaciones debemos ser constantes, pero no correr. En dos días ni podemos ni debemos perder lo que hemos ganado en dos meses de excesos culinarios y relax. Si intentas hacerlo, no solo puedes poner en riesgo tu salud, sino que sí o sí serás víctima del tan temido efecto rebote. Si reduces drásticamente la ingesta de alimentos adelgazarás rápidamente, pero, en cuanto comiences a comer normal, no solo volverás a recuperar lo perdido sino que es más que probable que añadas algún quilo de más.
Si la desorganización del verano te lleva a comer a deshoras, al picoteo y a la comida rápida y poco saludable, aprovecha la rutina impuesta por los horarios de trabajo para organizar tus comidas. Nuestro metabolismo funciona mucho mejor cuando comemos en las mismas franjas horarias. Esta organización también debería extenderse a tu nevera. Un frigorífico bien organizado, con alimentos saludables y donde cada producto ocupa su lugar y es fácil de localizar, nos facilitará la preparación de unos menús que también deberías de diseñar y seguir a rajatabla para evitar tentaciones. Si a lo largo de la semana no te da tiempo a cocinar, deberías aprovechar algún rato del fin de semana para preparar buena parte de las comidas del resto de la semana.
Obviamente, si queremos perder peso, tendremos que olvidarnos de dulces, frituras, o salsas cargadas de grasas saturadas, pero una alimentación equilibrada se basa en la variación y el equilibrio. Todos los grupos de alimentos deben estar presentes, incluso las grasas. Pero, eso sí, opta por grasas saludables como las del aguacate, el pescado azul o los frutos secos. Tampoco es bueno eliminar completamente los hidratos de carbono, pues son fundamentales para el buen funcionamiento de nuestro metabolismo y nuestro cerebro. Por tanto, debes incluir en tu dieta legumbres, cereales, pasta y arroz, a ser posible integrales.
Muchas veces echamos la culpa de nuestro aumento de peso al exceso de comidas, aperitivos, dulces o helados, pero te sorprendería saber la cantidad de calorías “vacías” que contienen las bebidas alcohólicas o los zumos procesados y refrescos azucarados. Por tanto, si quieres adelgazar, calma tu sed con agua o con bebidas sin azúcares o calorías y olvídate de cócteles, cervecitas, refrescos y copazos.
Las proteínas son la base de una dieta para perder peso de forma saludable, pero, si además quieres reducir la ingesta de grasas, el pescado es tu mejor aliado. Tanto el pescado blanco, con muy pocas calorías y grasas, como el azul, con mayor aporte de lípidos beneficios como el omega 3 (nutriente vinculado a la pérdida de peso), son perfectos para la dieta post vacacional. Nos ayudarán a mantenernos saciados y conservaremos una buena composición corporal mientras adelgazamos.
Estos productos tienen un alto contenido en agua, pocas calorías y mucha fibra, lo que no solo facilita el tránsito intestinal, sino que nos ayuda a permanecer saciados durante más tiempo. Así, conseguiremos más fácilmente el déficit calórico necesario para perder peso. Nuestra recomendación es que, a ser posible, optes por frutas y verduras frescas pues así, no solo te beneficiarás de todo lo anterior, sino que estarás aportando las vitaminas y minerales fundamentales para mantenerte saludable.
Aunque no aporta calorías, la sal es una gran fuente de sodio. Este mineral no solo es nocivo para nuestro organismo, sino que favorece la retención de líquidos y la ingesta de alimentos con más calorías. Para evitarlo, te recomendamos que sustituyas la sal por hierbas y especias variadas. Además de dar más sabor a tus preparaciones, te beneficiarás de las innumerables bondades que aportan a nuestro organismo, te saciarás antes y activarás tu metabolismo.
Lo creas o no se puede disfrutar comiendo sano. De hecho, deberías hacerlo. Tómate tu tiempo, siéntate a la mesa y evita distracciones como la televisión o los dispositivos móviles. Si prestamos atención a lo que comemos y saboreamos cada bocado, masticándolo debidamente, acabaremos comiendo menos cantidad y facilitaremos una buena digestión.
No es propiamente un consejo para retomar tus buenos hábitos alimenticios, pero sí te ayudará a que tus sacrificios culinarios surtan efecto más rápidamente. Por ello, tanto si te has tomado las vacaciones para descansar de tus entrenamientos como si no hacías deporte antes del verano, te aconsejamos que busques el ejercicio que más te guste o que, al menos, te sea más llevadero, te calces las zapatillas y empieces a “sudar la camiseta”.
Seguramente, de todos nuestros consejos, éste es el que más te va a gustar. Y es que, si quieres mantenerte firme en tu propósito de comer saludable y recuperar tus buenos hábitos, es fundamental que te hagas alguna concesión y te permitas caer en la tentación, al menos una vez a la semana. Por tanto, si un día te sales de la dieta, te deleitas con un buen postre o compartes con tus amigos una copa el fin de semana, no tengas remordimientos, pues te servirá de acicate para mantenerte firme y no abandonar tu nueva alimentación sana y equilibrada.
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