Enero ha llegado con la “cuesta” de todos los años y mucho nos tememos que, también, con algún kilillo de más. Sea éste tu caso o no, lo que sí es cierto es que, en mayor o menor medida, todos necesitamos recuperar hábitos nutricionales más saludables. No se trata de hacer regímenes draconianos o de perder 5 kilos en diez días, sino de comenzar a alimentarnos de forma sana y equilibrada. No hace falta que os diga que, para conseguirlo, debemos olvidarnos o al menos solo consumir de forma ocasional, fritos, precocinados, grasas saturadas, hidratos de carbono refinados, alcohol o azúcares. Pero, además, si quieres hacer de tu alimentación uno de los pilares de tu salud y bienestar te animamos a convertir los siguientes consejos en propósitos para el nuevo año:
Si no eres demasiado aficionado a las frutas hazte el propósito de comer, al menos, una pieza al día. Poco a poco irás descubriendo que no solo son deliciosas y muy sanas, sino que pueden ser el mejor desayuno, el snack ideal o un postre perfecto. Tener la fruta a mano en la cocina es una buena manera de incitarte a comerla y también puedes hacerte un calendario con la pieza de fruta que deberás comer cada día, donde marcarás los días que cumplas tu propósito. Seguro que en pocas semanas las frutas se convertirán en parte indispensable de tu dieta.
Aumenta el consumo de legumbres.La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda al menos dos raciones de legumbres a la semana, pero pocos son los que cumplen esta recomendación. Una o ninguna es una frecuencia muy habitual en muchos hogares. Si el tuyo es uno de ellos comprométete a añadir, al menos, una ración más cada siete días. Si no te gustan los guisos tradicionales, puedes comerlas en ensalada o en forma de hummus, falafel o hamburguesas vegetales.
De hecho, este producto debería aparecer en dos de tus comidas principales. Puedes tomarlas como guarnición o como plato principal y admiten infinidad de recetas y preparaciones. A la plancha, al vapor o al horno son las formas más sanas de consumirlas. Bueno, siempre con permiso de las crudités o verduras crudas. No son santo de la devoción de muchos, pero lo cierto es que es la mejor manera de garantizar la presencia de los nutrientes que se pierden con el calor, como las vitaminas y fitoquímicos. Puedes añadirlas a tus ensaladas, en sopas frías, bocadillos o smoothies, o utilizarlas para dipear, en lugar de productos mucho menos sanos como las patatas fritas o los nachos.
Según la OMS, el consumo de carne debería reducirse a dos o tres veces por semana como máximo. Para seguir esta recomendación sin que se resienta el necesario aporte de proteínas, nosotros te recomendamos que incrementes el consumo de pescado. Lo ideal es ingerir entre 4 y 5 raciones a la semana entre pescado blanco y azul. Las posibilidades de preparación son infinitas, pero te sugerimos que lo cocines a la plancha, al vapor o al horno en papillote, para que conserve todo su sabor y nutrientes. Y si no eres un gran fan de este producto, puedes introducirlo en ensaladas, platos de pasta, arroces o legumbres.
Intentar compensar los excesos de la Navidad suprimiendo comidas no es una buena idea, pues llegarás a la siguiente muerto de hambre y comerás mucho más de lo que toca. De hecho, deberías hacer cinco comidas al día, ya que así no solo podrás controlar mucho mejor las cantidades que ingieres, sino que tu metabolismo se acelerará, contribuyendo a quemar muchas más calorías.
Plancha, vapor o cocción son las maneras de cocinar más sencillas y que mejor conservan todos los nutrientes de cualquier alimento sin perder ni un ápice de su sabor. Además, te permiten cocinar con mucha menos grasa. Y si hablamos de cocina y salud, no podemos olvidarnos de una de las grandes enemigas de esta última: la sal. Tengas la edad que tengas, intenta reducirla al máximo. Un truco para conseguirlo es condimentar tus recetas con especias.
Hacer una planificación de los menús de la semana puede ser la mejor manera de conseguir comer sano. Si sabes qué vas a cocinar cada día, comprarás solo aquello que necesitas y no caerás en la tentación de comprar productos nada recomendables “por si acaso…”. Además, si entre semana tienes poco tiempo, es muy fácil que acabes comiendo lo primero que encuentres, generalmente lo menos sano. Una buena manera de evitarlo es reservar dos horas de tu fin de semana para cocinar y guardar los platos que después comerás a lo largo de la semana.
Seguro que muchos pensáis que la comida sana es aburrida. Y puede llegar a serlo si siempre preparas los mismos productos de idéntica manera. Para evitarlo, te retamos a que te atrevas con recetas innovadoras. No tienen por qué ser complicadas, simplemente diferentes, para que hagan tus menús diarios mucho más variados, atractivos, apetecibles y sabrosos. Buceando en internet encontrarás mil y una recetas que harán las delicias de los paladares más exigentes. Un buen propósito sería aprender a cocinar una nueva receta cada semana. Si no eres un “cocinillas” elige recetas que te apetezcan pero que sean sencillas y fáciles de incorporar a tus menús habituales.
Si a estos ocho sencillos propósitos les añades un poquito de ejercicio, este 2022 puede marcar un antes y un después en tu relación con la comida, tu báscula y tu salud física y mental. Para conseguirlo solo necesitas un poco de constancia y la paciencia suficiente para descubrir los innumerables beneficios de practicar una dieta sana y equilibrada.
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