Podríamos decir que el pisto es la gran joya de la gastronomía vegana española. En esencia, es una fritada de verduras que, partiendo de un sofrito de cebolla, pimientos y tomate, admite todo tipo de hortalizas y diferentes ingredientes, según la tradición de cada región. De hecho, podríamos encontrar casi tantas recetas de este típico plato como familias u hogares hay en nuestro país, pues en cada casa se añaden los ingredientes que más gustan a los habituales comensales. Por ello, como recoger todas las recetas sería misión imposible, hoy os ofrecemos cinco sencillas versiones, originarias de otras tantas regiones españolas y todas ellas son un auténtico homenaje a lo mejor de nuestras huertas.
Comencemos por el más popular de los pistos, el pisto manchego. Para elaborarlo necesitaremos 2 dientes de ajo, 250 g cebollas, 200 g de pimiento rojo, 200 g de pimiento verde, 4 tomates, 300 g de calabacines, aceite de oliva virgen extra (AOVE), sal y pimienta negra molida.
Elaboración:
Calentamos agua en una cacerola grande y la llevamos a ebullición. Retiramos la parte dura de los tomates y los cortamos en cruz por la base. Los ponemos a hervir durante unos 15-20 segundos, los retiramos y los introducimos en un cuenco con agua helada. Los pelamos y los trituramos.
Pelamos y picamos el ajo y la cebolla. Lavamos el resto de las verduras y las cortamos en trozos pequeños de tamaño similar. Reservamos por separado. Calentamos una buena cantidad de AOVE en una cazuela y pochamos el ajo y la cebolla durante unos 15 minutos a fuego suave. Añadimos el pimiento picado y cocinamos 15 minutos más. Finalmente, incorporamos el calabacín y el tomate triturado, salpimentamos al gusto, tapamos y dejamos pochar durante una hora y media como mínimo. Destapamos la cazuela, subimos el fuego un poco y cocemos otros 15 minutos o hasta que el agua del tomate se haya evaporado. Cuando consigamos una consistencia amalgamada pero sin nada de agua, nuestro pisto estará perfecto.
La principal diferencia entre el pisto manchego y el murciano es la introducción de la berenjena y la ausencia del ajo. Para elaborarlo utilizaremos 1 cebolla, 2 berenjenas, 1 pimiento rojo morrón, 1 pimiento verde grande, 800 g de tomates en conserva al natural, AOVE, bicarbonato sódico o azúcar y sal.
Elaboración:
Lavamos y secamos bien las hortalizas y las picamos en cubos no muy grandes. Picamos la cebolla. Salamos la berenjena, la cocemos al vapor o en el microondas unos 5 minutos. También la podemos freír con aceite hasta que esté dorada.
Calentamos un fondo de aceite de oliva en una cazuela amplia y salteamos los pimientos a fuego medio con un poco de sal, hasta que se doren y llevando cuidado de que no queden demasiado blandos. Retiramos y reservamos. En la misma cazuela, cocinamos la cebolla a fuego medio-bajo, hasta que caramelice. Añadimos el tomate escurrido, machacándolo con una cuchara de madera para que se deshaga mientras se fríe. Corregimos la acidez con un poco de bicarbonato o de azúcar y salpimentamos. Cocinamos a fuego lento durante unos 15 minutos.
Añadimos las verduras reservadas y subimos el fuego un poco. Cocemos unos 10-20 minutos más, hasta que consigamos el punto deseado (ni tiesas ni demasiado blandas). Si se queda muy seco durante la cocción, añadiremos un poco más de tomate y dejamos cocinar a fuego mínimo durante una hora aproximadamente. Corregimos de sal, dejamos reposar y servimos.
En este pisto introduciremos las proteínas en forma de huevo. Necesitaremos 2 cebollas, 1 pimienta verde italiano, 1 calabacín, 300 g de tomate triturado, 4 huevos, AOVE y sal.
Elaboración:
Picamos la cebolla y cortamos el pimiento y el calabacín en cubos muy menudos. En una cazuela ponemos a calentar un poco de aceite y pochamos la cebolla a fuego lento. Cuando esté tierna, añadimos el pimiento y el calabacín, sazonamos y dejamos hacer poco a poco. Cuando este todo muy tierno, añadiremos el tomate triturado. Dejamos cocer a fuego muy bajo unos 30 minutos más o hasta que el tomate pierda el agua y quede amalgamado. Mientras escaldamos los huevos. Servimos nuestro pisto en una fuente o en platos individuales con los huevos por encima.
La principal característica que diferencia pisto aragonés o pisto maño del resto de los pistos es que incorpora las patatas. Para elaborarlo necesitaremos 8 patatas, 1 pimienta rojo, 4 pimientos verdes italianos, 1 cebolla, 2 calabacines, sal, pimienta negra molida y AOVE.
Elaboración:
Calentamos una buena cantidad de AOVE en una sartén ancha y profunda. Cuando esté bien caliente, freímos las patatas cortadas en cuadraditos, hasta que queden tiernas por dentro y doradas por fuera. Retiramos y dejamos que escurran el aceite sobrante en un colador.
En el mismo aceite freímos el calabacín, cortado en dados y repetimos la operación de las patatas. Tras los calabacines hacemos lo mismo con las cebollas y los pimientos, que freiremos juntos (las cebollas cortadas en juliana y los pimientos en dados). En una fuente grande ponemos las patatas en la base y agregamos las demás verduras. Salpimentamos, removemos con cuidado y servimos.
Podríamos decir que esta versión bilbaína es un delicioso revuelto de pisto. Para elaborarlo necesitaremos 300 g de calabacín, 300 g de tomate, 2 pimientos verdes, 2 cebollas, AOVE, sal y 8 huevos.
Elaboración:
Pelamos las cebollas y los calabacines, lavamos los tomates y los pimientos y cortamos todas las hortalizas en dados grandes. Rehogamos la cebolla y el pimiento en una sartén durante 10 minutos, tapados y removiendo de vez en cuando. Añadimos los calabacines y el tomate, salamos y removemos. Proseguimos la cocción durante otros 15 minutos o hasta que todo este tierno. Batimos los huevos en un bol y añadimos a la cazuela. Removemos y retiramos rápidamente del fuego para que no se cuaje demasiado. Servimos inmediatamente.
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