Destapando el mito del apetito y el deporte

¿Por qué algunas personas sienten un incontrolable apetito después de realizar alguna actividad física y otras al contrario, pierden las ganas de comer?

Según diversos estudios, cuando hacemos ejercicio se liberan unas hormonas que regulan el apetito como la grelina. También se ha demostrado que el tipo de ejercicio que efectuamos influye en el apetito, porque no es lo mismo levantar pesas que hacer ejercicio aeróbico.

Pero esta sensación de hambre puede deberse también a otros factores como, por ejemplo, no realizar cinco comidas al día. En Lacuinatecuida hemos recalcado numerosas veces la importancia de seguir esta rutina y he aquí otra razón que te convencerá. Si sentimos ganas de devorar cualquier cosa que se nos ponga por delante después de hacer deporte, es posible que la actividad se haya llevado a cabo con hambre y, lógicamente al ejercitarnos, esta sensación aumenta. Otra de las razones por las que podemos sentir apetito es si hacemos una actividad realmente intensa que agota todas nuestras reservas de carbohidratos y, por lo tanto, nuestro organismo nos reclama saciar esa carencia.

Como sabemos, el desayuno debe ser la comida más importante del día, nuestro cuerpo ha estado durante muchas horas en ayuno y necesita energía para afrontar la jornada. El almuerzo y la merienda deben de ser pequeños “snacks” que nos ayuden a reponer fuerzas y a llegar a la comida o a la cena con menos hambre. Por supuesto, la cena debe de ser la comida más ligera para no almacenar grasas innecesarias durante la noche. En Lacuinatecuida te proponemos ideas sanas y ricas para que disfrutes cuidándote como esta receta de Bagel con Pavo Relleno al Horno de La Cuina o Frittata de verduras con Paté a las Finas Hierbas de La Cuina y muchas recetas más que puedes ver en la sección de recetas de este mismo blog. Es importante incluir siempre un alimento proteico, verdura y un carbohidrato. Siguiendo estas pautas, estaremos ayudando a acelerar nuestro metabolismo.

Enseñar y acostumbrar a nuestro cuerpo a una rutina es crucial, imponernos horarios, elegir bien los alimentos que comemos antes y después de la actividad física, todo cuenta en los resultados que obtendremos. Una buena opción es hacer ejercicio entre la merienda y la cena porque así comemos antes, con lo cual no haremos ejercicio con hambre y no agotaremos del todo nuestras reservas que repondremos durante la cena.

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