Trucos para ahorrar en la cesta de la compra este verano

Si quieres que la “cuesta de septiembre” no sea más pronunciada de lo que obliga la “vuelta al cole”, te vamos a dar unos consejos para ahorrar este verano en la cesta de la compra. Sin duda, las vacaciones tienen mucho de improvisación pero no por ello debemos renunciar a organizar y planificar nuestras comidas y a encontrar fórmulas de control de nuestro gasto estival. Así que, nuestra primera recomendación es precisamente esa: ¡organízate! La improvisación es enemiga del ahorro y puede asestar un duro golpe a tus finanzas.

Consejos para ahorrar en la cesta de la compra

No a la improvisación. Preparar una lista de la compra puede ser una de las mejores fórmulas para ahorrar en el supermercado. Antes de salir de casa revisa despensa, frigorífico o baños y anota los productos que te faltan. Hacer un listado de lo que todavía te queda en la nevera también te puede servir para adecuar tu menú semanal a lo que ya tienes, no desaprovechar ningún producto y solo comprar lo que realmente necesitas para completar dicho menú.

Alimentos de temporada y cercanía. Están en su mejor momento y son más baratos, ya que no necesitan de procesamiento, maduración artificial o transporte de largo recorrido, lo que además les hace mucho más saludables. Sandía, melocotón, melón, tomate, pepino, sardinas o boquerones son solo algunos ejemplos de los productos que sí deberías incluir en tu cesta de la compra.

Establece un presupuesto. Si ya tienes tu lista de la compra, sólo te falta hacer un presupuesto con un máximo de dinero a gastar e intenta no salirte de él.

Compra a granel. La ventaja es doble, ya que los precios son más bajos y además comprarás solo lo que necesites. Si compras en bandeja es fácil que acabes comprando más de lo necesario y al final tengas que tirar parte a la basura.

Fíjate en el precio del Kilo. Muchas veces vemos un producto envasado con un precio, por ejemplo, de 0’99, lo que te parece muy barato, pero lo cierto es que si te fijas en el precio del kilo la ganga se esfuma.

El hambre es mala consejera. Si vas a la compra con hambre tu cesta puede “engordar” con productos que ni necesitas ni son, precisamente, los más saludables y económicos. Comprar por capricho puede ser tu peor enemigo si quieres ahorrar.

Los niños, mejor en casa. Puede que esto sea difícil de cumplir, pero lo cierto es que los peques se dejan seducir por productos caros y poco saludables y pueden ser tan insistentes que no tengas más remedio que doblegarte a sus deseos.

Sigue a los habitantes del lugar. Si vas a comprar allá donde lo haga la gente de esa localidad, aunque esté un poco más lejos, es mucho más fácil que los precios no estén condicionados por el turismo, que siempre ayuda a que los productos coticen al alza.

El “apellido” no suele salir barato. Según la Organización de Consumidores y Usuarios, los productos que lleven consigo las palabras “eco”, “bío”, “artesano” o “enriquecido” suelen ser mucho más caros. Como muestra un ejemplo: la leche “sin lactosa” es un 30% más cara.

No todos los días son iguales. Para sacarle todo el provecho a este conejo será necesario un pequeño “estudio de campo”, ya que deberás observar qué días y qué horas son las que suelen hacer más ofertas. Normalmente, a última hora de la jornada bajan los precios, especialmente los de los productos muy perecederos, como el pescado y puedes encontrar auténticas “gangas”.

Revisa el tique. Ni mucho menos de manera intencionada pero, más a menudo de lo que piensas, errores de caja, de los programas informáticos o de un cajero despistado pueden encarecer injustamente tu compra. Presta especial atención a aquellos productos de superoferta o a las promociones 2×1 o 3×2.