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Alimentos supuestamente “sanos” que en realidad no lo son tanto

En una sociedad cada vez más preocupada por la salud y la imagen, estamos sometidos a un continuo “bombardeo” publicitario de productos supuestamente sanos, light, sin azúcar, cargados de proteínas o repletos de fibra. Desde las redes sociales, a los medios de comunicación e incluso en los lineales de los supermercados, se nos presenta un infinito abanico de alimentos “saludables” que nos prometen ayudarnos a adelgazar, mejorar nuestro rendimiento deportivo o poner a raya nuestro colesterol. Sin duda, la investigación en materia de nutrición ha dado pasos de gigante en las últimas décadas, pero no es menos cierto que existen multitud de productos que creemos son saludables y ligeros y no lo son tanto.

Hoy profundizaremos en algunos de ellos, pero nuestro consejo es que os toméis un tiempo para leer los etiquetados y compréis aquellos que de verdad nos aportan beneficios objetivos.

Cereales de desayuno

Comencemos por la primera comida del día. Con tan solo leer la palabra “cereales” nos convencemos que no puede haber nada más saludable para nuestro desayuno. Bien es cierto que pueden ser una buenísima opción, pero no si están cargados de azúcar, saborizantes e incluso grasas saturadas. Podemos llegar a encontrar cereales que contienen hasta 25 g de azúcar por cada 100 g de producto. Es decir, son de todo menos sanos.

Zumos

Por no perder dos minutos en exprimir nuestro fruta preferida, muchas veces echamos mano de zumos de frutas envasados. Pensamos que así aportamos a nuestro organismo las vitaminas y fibra que necesita pero en realidad, en la mayoría de los casos, lo que estamos ingiriendo es grandes cantidades de azúcar o edulcorantes, colorantes, estabilizantes y otros aditivos. De hecho, este tipo de zumos no suelen contener más de un 20% de zumo natural.

Yogures

Nuestro conejo en el caso de los yogures es que consumáis los enteros y más naturales posibles.  Sin duda es es lácteo con grandes propiedades ya que nos aporta proteínas y carbohidratos, pero si escogemos las variedades light, con sabores o edulcoradas deja de ser tan sano. Los bajos en grasa sustituyen esta por jarabe de maíz, azúcares o almidón. Los edulcorados también “engañan” a neutro metabolismo y producen picos de insulina y los que contienen fruta en trocitos suelen tener un alto contenido en azúcar.

Capítulo a parte merece el yogur griego. Sus beneficios, derivados de su alto contenido en proteínas, calcio y otros nutrientes son incuestionables, pero no debemos olvidar que también tiene un alto porcentaje de grasa. Por tanto, especialmente si quieres adelgazar, deberías optar por los griegos desnatados.

Pan de molde integral o de cereales

Es un hecho que el pan blanco es el menos sano, pues se elabora con harinas refinadas que, del cereal origina, solo contienen el almidón, eliminando la fibra y las vitaminas. Pero, también tenemos que tener en cuenta que, por el mero hecho de que en la bolsa ponga pan integral o de cereales, no siempre estamos comprando un alimento super saludable. Si nos fijamos en su etiqueta, raro es el caso en que no contenga un alto porcentaje de aceites hidrogenados, endulzantes artificiales, jarabe de maíz, conservantes o colorantes. Por todo ello, la mejor opción es comprar nuestro pan integral en las panaderías de toda la vida, que elaboran sus panes a diario, solo con ingredientes naturales y con masa madre.

Productos 0% o light

Para que un alimento se pueda comercializar como light debe contener al menos un 30% menos de calorías que su versión normal. Por tanto, si el original es un producto muy calórico, la versión ligera continuará siendo bastante calórica. Si además, bajo la falsa creencia de que tiene pocas grasas y calorías, comemos más cantidad, es muy probable que consigamos justo el efecto contrario del deseado. Por otra parte, debemos tener en cuenta que los productos 0%, no son 0 calorías, 0 grasas o 0 azúcar. Generalmente pueden tener hasta 5 calorías por ración, 5 g de grasa o 0,5 de azúcar o grasas trans.

Azúcar moreno

La gran mayoría del azúcar moreno que se comercializa no es más que azúcar blanco refinado que se oscurece con melaza. Por tanto, sus “propiedades” y sus efectos dañinos son exactamente los mismos que los del azúcar blanco y el aporte de vitaminas y nutrientes es igualmente bajo.

Refrescos light

Es cierto, puede que no contengan azúcar o que su aporte calórico sea mínimo e incluso inexistente, pero no por ello los podemos considerar una bebida sana. De hecho, para conseguir esos atractivos sabores están cargados de aditivos y conservantes. Por otra parte, el gas no solo nos puede causar molestias intestinales sino que es perjudicial para ciertas patologías como aquellas que afectan a los riñones.

Barritas

Se han convertido en el mejor tentempié entre horas, tanto para aquellos que quieren adelgazar como para los deportistas, pero no siempre son tan sanas como pudiéramos pensar. Es innegable que suelen contener fibra y grasas saludables, como las de los frutos secos, pero también es cierto que en la mayoría de los casos contienen grandes cantidades de azúcar, fructosa, jarabe de maíz e incluso aceite de palma, grasas trans o saturadas, colorantes y otros aditivos.

Coco

Esta fruta se ha puesto muy de moda en los últimos años, especialmente el aceite o el zumo que de ella se extrae. Su alto contenido en fibra y potasio hacen del coco un alimento con grandes ventajas para nuestra salud. Pero, en la otra cara de la moneda está la gran cantidad de calorías que nos aporta. Solo 100 g contiene más de 350 kcal. Por tanto, si abusamos de esta fruta pondremos en peligro nuestra línea y lo que es más grave, podemos elevar nuestro colesterol.

Chips de verduras

Han sido los últimos snacks “saludables” en llegar a los lineales, convirtiéndose en la mejor alternativa para un picoteo saludable. Es cierto que su ingrediente principal (las verduras) suele ser más ligero y nutritivo, pero tampoco debemos obviar que muchos de ellos estan fritos, en muchos casos contienen colorantes y conservantes y que, además, las verduras se someten a un proceso de deshidratación en el que pierden la mayor parte de sus vitaminas y minerales.

Estos son, solo, algunos de los productos etiquetados como saludables pero que en realidad no lo son tanto. Pero, en nuestros supermercados podemos encontrar infinidad de ellos. Por tanto, volvemos a nuestro primer consejo: la mejor manera de garantizar que estamos comiendo un alimento saludable, light o sin azúcar es leer detenidamente su etiqueta y no dejarte guiar por el marketing, la publicidad o los consejos de los supuestos “expertos” que inundan las redes sociales.

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