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Comer frutas y verduras, harinas integrales, alimentos ricos en Omega-3, proteínas magras, beber mucha agua y ni un procesado… Con el aluvión de expertos nutricionistas (cualificados o no) que invaden las redes sociales, pocos son los que no tienen claro que seguir estos consejos es fundamental para mantenernos saludables y en nuestro peso ideal. Pero, hoy queremos “afinar” un poco más, profundizando en los alimentos que benefician, muy especialmente, a dos de los principales garantes de nuestra salud y bienestar, nuestro corazón y nuestra mente. Comenzaremos por esta última, pues la salud cerebral no solo es tan importante como la física, sino que influye decisivamente en ésta.
Productos que mejoran tu bienestar mental y salud cerebral
Los productos pobres en nutrientes, la comida procesada e incluso las dietas muy restrictivas son los grandes enemigos de nuestra salud mental y del correcto funcionamiento de nuestro cerebro. No debemos olvidar que éste trabaja 24 horas al día y que por tanto, es fundamental que lo alimentes de forma adecuada. Los siguientes productos te pueden ser de gran ayuda:
Agua. El agua y la hidratación en general desempeña un papel vital en el correcto funcionamiento de nuestro metabolismos y por tanto, en nuestra salud. Concretamente, la deshidratación es uno de los principales desencadenantes del estrés y la ansiedad, con los graves daños que estas situaciones causan a nuestro cerebro. Para evitarlo, es recomendable beber 8 vasos de agua al día, lo que equivaldría a dos litros de agua, aproximadamente.
Pescados grasos. Salmón, atún, sardinas, arenque, angulas, caballa o pez espada son algunos de los “frutos” de la mar que nos aportan ácidos grasos Omega-3. Concretamente contienen grandes cantidades de DHA, un acido graso que es uno de los componentes principales de la sinapsis del cerebro. La falta de este tipo de grasas disminuye el rendimiento cerebral y se relaciona con la demencia y la depresión.
Carbohidratos complejos. Si los hidratos de carbono son la “gasolina” de nuestro cuerpo, también son la energía fundamental para el correcto funcionamiento de nuestra mente. El cerebro obtiene esta energía de la glucosa generada por los carbohidratos complejos, tales como las patatas, el arroz, la pasta o los vegetales. Por tanto, debemos descartar que los hidratos de carbono son nocivos para nuestra salud y línea. Lo que sí debemos tener en cuenta es que debemos optar por aquellos con un índice glucémico más bajo y evitar azúcares simples y harinas refinadas.
Granos enteros. Los cereales de grano entero son ricos en aminoácidos y triptófano, fundamentales para la producción de melatonina y serotonina. Esta última es conocida por ser la hormona de la felicidad, pues produce sensación de bienestar, mejora el humor y facilita la relajación de cuerpo y mente. Por su parte, la melatonina promueve y mantienen el ciclo del sueño, vital para nuestra salud física y mental.
Aguacates. Es uno de los productos más nutritivos y beneficiosos para nuestra salud cerebral. Contiene un alto porcentaje de vitaminas K, C, B y E y ácidos grasos Omega-3. Estos componentes mejoran la percepción, la memoria y la concentración y previenen la demencia y el Alzheimer. Por otra parte, el aguacate también aporta vitamina B9, un nutriente esencial para prevenir coágulos de sangre.
Arándanos. Esta fruta es rica en polifenoles, vitamina K y C, antocianinas y fibra, lo que contribuye decisivamente a mejorar la memoria y la concentración, combate la degeneración que causa el estrés, elimina las toxinas que se acumulan en el cerebro y previene el Alzheimer y la demencia. Además, las antocianinas tienen un gran poder de bloqueo de los radicales libres.
Brócoli. El brócoli se puede considerar como uno de los grandes super alimentos para tu cerebro. Es rico en vitamina K, que favorece la memoria; selenio, vital para regular la ansiedad, la depresión y la fatiga y ácido fólico, uno de los componentes que pueden ayudar a prevenir, retrasar o evitar la aparición del Alzheimer.
Alimentos beneficiosos para nuestro corazón Si hay una dieta, recomendada por todos los expertos, para cuidar nuestro corazón, esa es nuestra dieta mediterránea. Por tanto, si eres fiel seguidor de esta ella, seguro que los productos que ahora te recomendamos, formarán parte ya de tu alimentación:
Aceite de oliva. Los antioxidantes y ácidos grasos que contiene este “oro líquido”, convierten el aceite de oliva en el mejor amigo de nuestro sistema cardiovascular.
Nueces. Sus altos niveles de ácidos grasos Omega-3, convierten a este fruto seco en otro de los alimentos estrella a la hora de cuidar nuestro corazón.
Ajo. Otro de los pilares de la dieta mediterránea que es una auténtica joya para nuestro bienestar cardiovascular. Además de reducir el LDL, es decir el denominado “colesterol malo”, previene la formación de coágulos y trombos.
Apio. Su alto contenido en fibra ayuda a bajar los niveles de colesterol. También es un gran aliado para los hipertensos, pues reduce la presión arterial alta.
Legumbres. Son ricas en proteínas, fibra y vitaminas del grupo B y nos ayudan a controlar el colesterol y el azúcar en sangre.
Pescados azules. Como ya hemos explicado en el apartado de la salud mental, pescados como el salmón, la sardina o el emperador son fuente de ácidos grasos Omega-3, que evitan el endurecimiento de las arterias y favorecen el flujo sanguíneo.
Brócoli. Contiene ácido fólico, zinc, hierro, calcio, vitamina K y antioxidantes que ayudan a prevenir el riesgo de accidentes cardiovasculares.
Chocolate negro. Nos ayuda a restaurar la flexibilidad de las arterias y evita que los leucocitos se peguen a las paredes de los vasos sanguíneos.
Fresas. Sus flavonoides ayudan a dilatar las arterias, controlan la presión arterial y protegen la capa interior de los vasos sanguíneos (el endotelio)
Avena. Además de ser fuente de vitaminas del grupo B, E y minerales como el magnesio o el potasio, aporta un alto contenido en fibra insoluble, que ayuda a la digestión del colesterol en el intestino, impidiendo que pase al sistema circulatorio y se acumule en el mismo.
Aguacate. Aunque originariamente no es un producto típico de la dieta mediterránea, se ha ganado a pulso el título de alimento cardiosaludable. No solo reduce los niveles de colesterol, sino que ayuda a controlar la presión arterial y a mantener un ritmo cardíaco regular. Y por si todo esto fuera poco, ayuda a retardar el envejecimiento celular.
