Comer sano y consciente: Mindfulness

Una alimentación más sana suele ser uno de los propósitos más generalizados del nuevo año pero cuando hablamos de salud y bienestar, no solo hablamos del tipo de alimentos y de su elaboración, debemos hablar, sobre todo, de cómo nos relacionamos con la comida.

Hoy en día la mayoría de las personas comen frenéticamente, se apresuran, literalmente “se tragan la comida” sin ser conscientes de lo que se llevan a la boca y este mal hábito es el que nos lleva al descontrol alimenticio. Nuestra alimentación debe ser equilibrada y contener los nutrientes que nuestro cuerpo necesita diariamente, pero cuando “devoramos” no le damos a nuestro cuerpo el tiempo suficiente para mandar la información al cerebro de que ya es suficiente la comida que hemos ingerido y en muchas ocasiones no podemos controlar consecuencias de estos excesos como son la obesidad, el sobrepeso y otras enfermedades.

Para llevar una dieta sana y equilibrada es imprescindible comer todo tipo de alimentos, frutas, verduras, cereales (integrales mejor), pescado, carne y lácteos desnatados son la base de nuestra alimentación. Elige cada día alimentos de estos grupos y, si evitas las grasas y los azúcares, obtendrás la armonía que tu cuerpo necesita.

Y además de todo esto ¿que crees que ocurriría si prepararas un ambiente agradable para comer? ¿Cuánto tiempo te dedicas para comer?

Así es como empezarás a practicar la alimentación consciente o Mindfulness.

Comer con consciencia implica prestar atención a lo que estás haciendo en ese preciso momento, es decir, a comer. Olvídate de hacer otras cosas, apaga la televisión, no estés pendiente del móvil ni de aprovechar para leer el periódico o hacer cualquier otra cosa. Siéntate delante del plato, haz un par de respiraciones profundas para conectar con el momento presente y regálate ese momento placentero de comer.

Sírvete pequeñas raciones de comida, evitarás excesos e incluso puedes perder peso, involucra todos tus sentidos, aumentarás el placer de comer disfrutando de los olores, observando la forma del alimento o sintiendo su textura, descubrirás nuevas sensaciones e incluso nuevos sabores que antes no habías percibido. Mastica lentamente y aprecia como cada trocito se va deshaciendo en tu boca, deja los cubiertos en la mesa después de cada bocado, no tengas prisa…

Además de disfrutar mucho más de la comida, practicar el estado de presencia en la alimentación te ayudará a ingerir una menor cantidad de alimentos. La sensación de saciedad tarda 20-25 minutos en llegar a nuestro cerebro por esa razón si comemos muy rápido no nos encontramos saciados y ante la ausencia de esa saciedad se sigue comiendo hasta calmar el hambre.

Establecer una rutina de horarios ayuda mucho a mantener el equilibrio, evita saltarte ninguna comida y complementa las tres comidas principales con dos tentempiés saludables ya que si llegas con mucho apetito a la mesa te será más difícil realizar la elección más saludable.

¿Te animas a practicar la alimentación sana y consciente?

Como decía Hipócrates “Que tu alimento sea tu medicina”