El
frenético ritmo de vida actual, las largas horas delante de un ordenador o el
sedentarismo, muchas veces forzoso por la falta de tiempo, no nos ayudan,
precisamente, a mantener un corazón fuerte y saludable. Revertir esta situación
no es tarea fácil, pero lo que sí está en tu mano es seguir una dieta
equilibrada y cardiosaludable. En uno de los países cuna de la dieta mediterránea,
podríamos pensar que nuestra forma de alimentarnos es la adecuada pero, según
los expertos en nutrición, esto no es así. Para la Agencia Española de
Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), en España consumimos pocas frutas,
cereales y hortalizas, demasiados cárnicos y sus derivados y una elevada
cantidad de productos precocinados, altos en sodio, grasa y azúcares añadidos.
Cambiar nuestros hábitos alimenticios puede parecer complicado pero, si sigues
nuestros consejos, convertirás tu alimentación en la piedra angular de tu salud
cardiovascular.
- Aumenta la ingesta de verdura y
fruta.
No solo nos aportan infinidad de vitaminas y minerales, sino que también son
muy bajas en calorías, apenas contienen grasas y son ricas en fibra. Ésta, además
de favorecer el tránsito intestinal, nos ayuda a sentirnos saciados y así comeremos
menos alimentos repletos de calorías y grasas poco saludables como los
productos cárnicos, los quesos y embutidos o los productos precocinados. La
Organización Mundial de la Salud (OMS) responsabiliza al bajo consumo de frutas
y hortalizas de causar más de 2 millones de muertes al año. Por ello,
recomienda consumir un mínimo de cinco raciones diarias de estos productos y
optar siempre por los frescos. También deberías limitar el consumo de zumos a
un máximo de uno al día, pues contienen muchos azúcares.
- Menos sal y procesados. El exceso de sal
es, según la OMS, un factor de riesgo “clave” en la hipertensión y las
enfermedades cardiovasculares. La ingesta de sal en España duplica el límite
superior establecido por esta organización, pero lo más peligroso es que solo
entre un 25 y un 30% de esta cantidad se añade en los hogares, el resto lo
encontramos en alimentos como los panes, la bollería, los cárnicos, salsas,
quesos, comida precocinada etc. Por tanto, es evidente que deberíamos reducir
drásticamente el consumo de alimentos procesados. También es aconsejable optar
por la sal yodada y a ser posible sin sodio.
- No a los refinados. Muchos optamos por
alimentos integrales, amparados en la falsa creencia de que engordan menos que
los refinados. Pero lo que sí es cierto es que la ingesta de estos productos
puede disminuir el riesgo de sufrir diabetes tipo 2, hipertensión, cardiopatías,
muertes súbitas e incluso diferentes tipos de cáncer.
- Reduce al mínimo las grasas no
saludables.
Las grasas saturadas y las grasas trans son las mejores amigas del colesterol y
las principales responsables de las enfermedades de las arterias coronarias. El
colesterol alto provoca la acumulación de plaquetas en las arterias y aumenta
el riesgo de ataque cardíaco o accidente cerebrovascular. Por ello, deberías
desterrar las grasas trans y en el caso de las saturadas, nunca deben suponer más
de un 5 o 6 por ciento de las calorías diarias totales. Aceite de oliva, frutos
secos o aguacate son tres ejemplos de grasas cardiosaludables y que sí deberías
incluir en tu dieta. Y en cuanto a las proteínas, elige siempre aquellas que
tengan un reducido contenido en grasa, como las carnes de ave, los pescados,
los huevos o los productos lácteos con bajo contenido graso.
- Alcohol en contadas ocasiones. Otra creencia
falsa, según la OMS, es que la ingesta moderada de alcohol es beneficiosa para
nuestro corazón. Según esta organización, las bebidas alcohólicas no solo
perjudican nuestro sistema cardiovascular sino que además es “teratogénico,
neurotóxico, adictivo, inmunosupresor y cancerígeno”.
- Planifica tus menús. Con las pautas
anteriores claras, sabiendo que alimentos debes incluir y cuáles evitar, estás
preparado para planificar tus menús semanales. Saber lo que vas a comer con
anticipación te hará más fácil no caer en la tentación y seguir una dieta
saludable que incluya vegetales, frutas, cereales integrales, fuentes de proteína
magras y grasas saludables. También es importante que apuestes por la variedad
y controles el tamaño de las raciones, para no consumir más calorías de las que
deberías.
- Cae en la tentación, pero solo
esporádicamente.
Para que no cunda el desánimo y la dieta sea llevadera a lo largo del tiempo,
puedes permitirte un capricho de vez en cuando. Lo importante es que comas
alimentos saludables la mayoría de las veces, pero por comer un dulce o unas
patatas fritas, de manera esporádica, tu salud no se resentirá.
Para
concluir este catálogo de recomendaciones cardiosaludables, te sugerimos
algunos de los alimentos que aportarán grandes beneficios a tu salud y que
deberías incluir en tu dieta. Así, el brócoli nos
aporta ácido fólico, zinc, hierro, calcio y antioxidantes; las nueces, por sus alto contenido en Omega-3, son la
estrella de los alimentos indicados para tu corazón; el aceite
de oliva, por sus super saludables ácidos grasos y antioxidantes; el
salmón, alimento que reduce el
colesterol y los triglicéridos,
incrementa la fluidez de la sangre y la elasticidad de las paredes arteriales;
las legumbres, por sus proteínas de excelente
calidad y su poca grasa; las fresas, que
contienen flavonoides y contribuyen a dilatar las arterias y controlar la tensión
arterial; el curry, con su potente
antioxidante: la curcumina, que reduce las posibilidades de sufrir
insuficiencia cardíaca e hipertensión, por sus propiedades antiinflamatorias o
el té verde, como poderoso reductor de los
niveles de grasa en sangre.